miércoles, 16 de julio de 2008

Inicios de Harvey Spencer Lewis, fundador de AMORC


Para poder tener una idea clara tanto del personaje que fundó los Rosacruz AMORC, como de muchas de sus actividades y relatos, es necesario conocer los antecedentes del mismo; incluso ayudará bastante llevar una cuenta cronológica, lo cual nos facilitará ver, paso a paso, muchos de sus «apaños».

Utilizaremos varias fuentes, debidamente testadas, de las que daremos referencia a pie de página, puesto que estos escritos no son un libelo difamatorio, sino un estudio correcto y serio, que puede ser comprobado simplemente consultando las fuentes citadas.


EL PERSONAJE

Harvey Spencer Lewis nació en Frenchtown, estado de New Jersey, hijo de Aaron Lewis, de ascendencia galesa y Catherine Hoffman, nacida en Alemania.

El padre de Harvey Spencer Lewis era granjero y parte de su infancia transcurrió en la granja familiar hasta que su padre, Aaron, decido emigrar a la gran ciudad en busca de mejores perspectiva para su vida y la de su familia. Aron Lewis estaba muy interesado en la caligrafía hasta el punto de haber desarrollado una bella letra gracias, sobre todo, al método de escritura Spencer, en cuyo honor dio el segundo nombre a su hijo Harvey.

Aaron Lewis se trasladó a la ciudad de New York en busca de mejores horizontes, cuando su hijo Harvey era aún niño, y se asoció montando un gabinete de expertos en calígrafía que llegó a hacer trabajos muy interesantes en cuanto al descubrimiento de falsas escrituras, etc. hasta el punto que actuó como perito calígrafo ante los tribunaless en varios casos importantes. (nota 1)

Es importante tener en cuenta estos datos ya que la «preparación de documentos», como se verá más adelante, será más que evidente, y Lewis, que tuvo una intensa relación con su padre, quien incluso le llevó como ayudante en un viaje profesional a Francia, era buen conocedor de las técnicas de «preparación» de diplomas, escrituras, etc.

Harvey estudió en la Escuela Pública de New York nº 16 hasta el año 1899, dejando sus estudios a la edad de 15 años, y empezando a trabajar, desde muy joven, en distintos oficios entre ellos los de ayudante en un despacho de editores, fotógrafo profesional (este dato es importante, y a tener en cuenta en ciertos datos sucesivos) así mismo trabajó como periodista en el Evenig Herald, y en el Eagle, para posteriormente, y tras perder su empleo, dedicarse a la publicidad.

Lewis pertenecía a una familia muy religiosa, y cuando vino a New York, con sus padres, se unió a la Iglesia Metodista, frecuentando el Templo Metropolitano de la Séptima Avenida.

Lewis declara que desde muy joven se interesó por los «fenómenos psíquicos» y que tenia «dotes proféticas» uniéndose a una asociación llamada «Liga de investigaciones psíquicas de New York» (asociación de la que no hay constancia de su existencia) y fue elegido Presidente de la misma a la «edad de 20 años» (muy precoz presidente como se puede ver).

«Durante dos años fui presidente de esta asociación y al año siguiente varios hombres de ciencia y varios profanos eminentes organizaron el Instituto Neoyorquino de Investigaciones Psíquicas. (tampoco hay evidencias históricas y documentales de esta nueva asociación) Fui electo presidente de éste, y su trabajo continuó de una manera semejante a como lo hacía la Liga, sólo que era más profundo y con mayor análisis e investigación, y tuvo mucho que ver con desenmascarar y eliminar de New York a más de cincuenta mediums fraudulentos y criminales, lo cual se llevó a cabo en relación con el Departamento de Policía de New York (sería interesante conocer la opinión del PDNY, pero desgraciadamente, y a pesar de todas las fuentes consultadas, tampoco hay constancia de estas investigaciones en colaboración con la policía) y con el New York World. (no hay constancia documental de tales trabajos de colaboración con el World en referencia a desenmascarar mediums y falsarios) (nota 2)

Fue en esta época cuando, según las declaraciones de Lewis, se interesó en los Rosacruces pues entró en contacto con personas que habían oído hablar de ellos o, incluso, decían haber estado relacionado con ellos, lo cual no era infrecuente en un país como Estados Unidos, donde la masonería y múltiples otras asociaciones fraternales, incluidas varias de naturaleza rosacruciana, han tenido siempre cartas de naturaleza.

También, según las declaraciones de Lewis, además de sus «dotes psíquicas y proféticas» puestas de manifiesto en sus «asociaciones» continuó frecuentando la Iglesia Metodista donde, en 1.908, tuvo, según su propio relato, una «revelación».

Fue en la primavera de 1.908, un jueves por la tarde, después del «Servicio de Resurrección» que encontrándose rezando en la iglesia, y mirando la cruz que había tras el altar, se le apareció un ser divino, medio transparente y luminoso, que le reveló su misión de restaurar en América la Orden de los Rosacruces, a los que el estaba buscando.

«Toda la figura era de una neblina blanca o clara, como un humo espeso y blanco.

De los labios de la figura brotaron palabras y pude ver moverse los labios y parpadear los ojos. No trataré de citar lo que dijo, porque no puedo recordar las palabras exactas. Me gustaría poderlo, porque fueron dichas de manera muy amable y en un lenguaje tan Divino y tan bello como las frases más maravillosas de la Sagrada Biblia. Tuve la impresión de que venían a mí desde una Mente Infinita, Santa, y escuché con un sentimiento de respeto y agradecimiento, pero no estaba perplejo ni temeroso.

Lo que se me dijo, en substancia fue esto: Si yo quería saber más acerca de los Rosacruces y de sus enseñanzas tenía que prepararme para una iniciación en la fraternidad, que tenía un cuerpo exotérico inmortal: que por varios años yo había sido un morador del umbral de la fraternidad o de su templo inmaterial, pero que no había empleado la resolución suficiente para cruzar el umbral y, por lo tanto, no había avanzado más allá de donde mi propia resolución me había llevado; que no hallarla nada acerca de la fraternidad en ningún libro o papel, porque sus secretos nunca se habían publicado y nunca se publicarían; que yo debía hallar la iluminación en mi interior y no afuera; que quien me hablaba era un AMORCUS ( curioso nombre el de la aparición que coincide con las iniciales de AMORC; verdaderamente curioso ya que dichas siglas, en relación con el nombre Ancient And Mystical Orden Rosae Crucis no lo empezó a usar Lewis hasta el año 1915) de la antigua fraternidad y que había sido elegido para ser mi guía, hasta que yo estuviera preparado para cruzar el umbral y continuar solo; que el cuerpo exotérico de la fraternidad ya no existía en América, y que no había existido durante los últimos 101 años; que cada cuerpo exotérico existía solamente durante 108 años (ya volveremos sobre este tema de los años) y que solamente en 1915 el nuevo cuerpo tendría existencia y que entonces sería el único cuerpo exotérico en la faz occidental de la tierra; y que mientras yo me preparaba para mi iniciación allí, el cuerpo exotérico había sido concebido y madurado para su advenimiento en el mundo material; que yo debía dedicar toda noche del jueves a entonarme para obtener guía; que el próximo cuerpo exotérico de la fraternidad estaría en Francia, o estaba todavía allí, o algo por este estilo». (nota 3)

El joven Lewis, tras su "preparación cultural", sus "afiliaciones en grupos de investigaciones psíquicas" y las "experiencias espirituales habidas" se siente con fuerzas para comenzar su tarea de restauración de la Rosa Cruz. Para que veamos cuales eran sus méritos y preparación es bueno que conozcamos mejor, en la siguiente sección, su curriculum académico, y los títulos adquiridos.


1.- Estos datos pueden encontrarse en el libro «Misión Cósmica Cumplida» escrito por Ralph M. Lewis, hijo de Harvey Spencer Lewis, en testimonio de la obra de su padre.

2.- A esta experiencia se hace referencia en "Misión Cósmica Cumplida" de RML y en "Confessio R.C. Fraternitatis" de HSL- parte 2.pg12

3.- C.R.C.F. parte 2- pag. 16

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